domingo, 3 de mayo de 2009

Técnicas de pintura: salpicado y punteado



El salpicado es una técnica fácil de dominar, a través de ella se pueden ver resultados espectaculares. Se trata de un trabajo algo sucio, por lo que te recomendamos antes de empezar a trabajar cubrir muy bien los objetos que pueden llegar a mancharse.

Además, debes proteger tu ropa y utilizar anteojos para cuidar la vista de posibles salpicaduras de pintura.

Práctica sobre una hoja de diario, antes de pasar a la superficie definitiva, de modo que cuando lo hagas se haya convertido en un experto en salpicaduras.

Carga un pincel grande con pintura o barniz y golpea el mango para retirar el excedente y hasta que consigas el tamaño de gotas deseado. Luego, sujeta el pincel paralelo a la pared y golpealo contra otro objeto contundente, preferentemente un palo de madera.

Repite este paso hasta que a pared se vea cubierta con una fina capa de gotas.

Para observar el resultado debes retroceder unos pasos y mirar en perspectiva. Si fuera necesario, continúa la técnica para rellenar los espacios que fueron quedando sin pintar.
Para aplicar el segundo color, es necesario dejar secar la primera capa antes de aplicar la siguiente.

Punteado
Esta técnica produce un efecto muy satisfactorio en las paredes, siempre y cuando se prepare la superficie de forma correcta y se aplique una base de pintura no porosa al aceite.
Para llevar a cabo esta técnica pueden emplearse diferentes tipos de materiales, por ejemplo, barniz fluido, pintura semimate diluida con aguarrás o pintura al agua semibrillante mezclada con una parte de agua para emulsionar.

Cubrir el color que se aplico de base con una fina capa de ancho de decorador. Abarcar una superficie aproximadamente de un metro cuadrado por vez.

Luego, con un pincel especial para punteado golpea bien fuerte las puntas de las cerdas contra la pared. Si no consigues este pincel, puedes probar con pinceles de cerdas largas y firmes aunque debe saberse de antemano que nos resultados no serán los mismos.

Hay que trabajar con suficiente velocidad en toda la zona, de manera tal que se puedan fundir las superficies y no queden marcas en los bordes. Por ultimo, debes limpiar bien el moteado con un trapo sin pelusas para eliminar el exceso de barniz.

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